Del hobby al emprendimiento. Del emprendimiento a la obsesión.

El talento no nace en la universidad.

El talento es innato a la persona, pero hay que buscarlo. Descubrirlo dentro de cada uno. El talento nace en la curiosidad que no puedes apagar. El partido empieza cuando pones en duda todo lo que crees, todas tus certezas. Cuando te liberas de la carga social y decides emprender tu propio camino.

El dinero no es el éxito de tu primer proyecto.

Muchas personas tienen miedo a empezar. Piensan que si fracasan se acabará el mundo. Se aferran a lo que conocen, aunque quizá no les guste, pero lo conocen. Es como un niño, rechaza probar comida nueva, tiene miedo de que no le agrade. Y puede pasar, puede que no le guste, pero no importa, se trata de seguir probando platos hasta encontrar tu nueva comida favorita. El éxito no está en el dinero, está en publicar, aprender y volver a empezar.

Fracasar no es perder. Es completar el ciclo de aprendizaje más rápido que los demás.

El presente no define tu destino

Intenté evitarlo más de una vez. Empecé estudiando empresariales, luego informática. Hice un master en desarrollo de videojuegos para acabar trabajando en una gran financiera en Inglaterra.

No podía negar mi destino, en mi tiempo libre emprendía. Así nació CocoCatGames en 2012. Mi primer no-éxito. Mi primera colección de enseñanzas.

Crear videojuegos no era mi sueño de niño. Era la forma de integrar todo lo que había aprendido estudiando: programación, redes, seguridad, diseño. Mi curiosidad no me dejaba definirme en una rama. Recuerdo que en el departamento informático en el que estaba, cada persona era especialista, no salían de su área. Yo era el único programador que iba voluntariamente a trabajar con los de redes, a investigar otras partes de la empresa en mis ratos libres.

CocoCatGames me enseñó a cerrar el ciclo completo de un producto: idea, desarrollo y salida al mercado.

Terminar imperfecto es mejor que no terminar

Pulir hasta la perfección es perder.

“Si tu producto está perfecto en el momento en que lo lanzas, lo lanzaste demasiado tarde.” — Mark Zuckerberg

El verdadero aprendizaje comienza cuando te lanzas a producir por tu cuenta. La velocidad a la que aprendes es tan rápida que no es posible llevar todas las áreas al máximo nivel. Cada mejora te obliga a volver al principio, a repetir lo que habías terminado. Así el proyecto nunca llega a ver la luz.

Imagínate a un pintor. Al hacer su cuadro número diez se da cuenta que los primeros no eran tan buenos y en vez de venderlos decide rehacer toda su obra antes de exponer. Para cuando termine, su técnica habrá subido de nivel otra vez y tendrá que volver a empezar. Publicar imperfecto enseña más que iterar infinito. El mercado no perdona, el mercado es el único juez que importa.

Si te preparas demasiado entras en el loop del eterno estudiante. Sientes que te estás blindando. Que cada vez sabes más. Pero ¿cómo prepararte para algo que todavía no conoces? Hay que enfrentarse al mercado, exponer tu producto. Aceptar las críticas. Y solo entonces, repetir el proceso, porque ahora sí sabes qué mejorar.

No todos funcionamos igual

Proyectas tu ilusión en los demás. Esperas la misma obsesión, la misma entrega. Nunca sucede. La mayor causa de fracaso es el desacuerdo entre socios. Tienes que aprender a vivir con eso.

Liderar no es mandar. Es equilibrar la inspiración del arte con los plazos de la programación.

Cuando comienzas a trabajar con personas, especialmente si son jóvenes, te das cuenta de que todos tienen ganas. Todos quieren trabajar, pero el tiempo no corre igual para todos. Un programador necesita constancia, horas delante del ordenador para ser productivo. Un artista necesita inspiración, imaginación, calma.

Un buen líder ejerce con paciencia, demuestra disciplina y tolera lo impredecible. Reduce la fricción en el equipo y los lleva a todos al mismo destino en el mismo momento.

El talento no se estudia, se encuentra

No puedes saber si eres bueno en algo si no lo pruebas.

Nací entre ordenadores. Mi padre evolucionó de radioaficionado a Spectrum, 286, 386… Vivir eso de cerca despertó mi curiosidad. ¿Y si yo podía entenderlo? MS-DOS, diskettes, chips y procesadores.A los 9 años hice mi primera web. Una guía para resolver The Secret of Monkey island cuando todavía Google no existía. Reuniones con amigos, intercambio de ideas, rompecabezas resueltos a base de insistencia. Todo este trabajo para terminar un videojuego tenía que ser compartido con otros.

Así pasé de consumidor a creador.

Los tres estados de un proyecto

Cada proyecto comienza con una idea, y muchos mueren antes de pasar al siguiente estado.

La idea perfecta no existe, va cogiendo forma cuando empiezas a trabajar en ella. Pensar una y otra vez sobre lo mismo es una falsa sensación de progreso. Todas las ideas son buenas, ninguna tiene problemas. Los problemas aparecen cuando empiezas a trabajar en ella.

La fase de ejecución es donde las ideas se transforman en producto, toman forma. La ilusión va mutando hacia el miedo a través de los retos. No eternices este estado, la ejecución infinita es un perfeccionismo disfrazado.

Cuando pasas la barrera del miedo y publicas tu producto es cuando realmente has completado el ciclo. El mercado es el único juez real. La universidad es solo una sinopsis de lo que puedes aprender dando vida a tus proyectos.

“Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando resultados diferentes.” – Albert Einstein

No iteras sobre una idea, iteras sobre un producto.

El primer videojuego de CocoCatGames fue un fracaso. Pero terminarlo me enseñó más que cualquier éxito parcial. La exposición no solo trae aprendizaje. También trae oportunidades. Así conocí a mi socio en el apartado gráfico. Los juegos mejoraron, mi liderazgo también.

En tres años publicamos diez títulos, cada uno mejor que el anterior. Todos cerrados. La perseverancia no es un rasgo, es un hábito.

En dos generaciones nadie se acordará de ti. ¿Vas a dejar que el miedo al qué dirán te frene? Tus fracasos no te definen. La gente sólo recordará tus éxitos.

Únete y recibe píldoras de información que cambiarán tu destino